TRABAJOS CON TEXTILES

La industria textil fue muy importante en Segorbe en la segunda mitad del S.XX.

El paisaje de la seda fue el más característico de las áreas más fértiles del mundo rural valenciano durante algo más de 400 años, entre los siglos XV y XIX. Aunque los cereales constituían el cultivo de subsistencia más habitual y la vid, los almendros o los algarrobos eran los más frecuentes en las tierras de secano, el cultivo de la morera y la elaboración de la fibra de seda constituían las actividades que generaban mayor ocupación y riqueza en las áreas de regadío. Su realización implicaba a todos los miembros de la unidad familiar; requería un utillaje y una infraestructura específica en la vivienda rural; proporcionaba unos ingresos vitales para hacer frente a las cargas que afectaban a las explotaciones campesinas; y exigía la contratación de una mano de obra relativamente especializada para la elaboración de la fibra de seda.

Pero, además del mundo rural, la seda marcó profundamente también la fisonomía y el paisaje del mundo urbano, sobre todo de la ciudad de Valencia, que se convirtió en el principal centro manufacturero español de tejidos de seda en el siglo XVIII. Sin embargo, la crisis que experimentó el sector desde mediados del siglo XIX dio lugar al progresivo abandono de la actividad, hasta el extremo de que la mayoría del patrimonio vinculado a ella se halla en grave riesgo de desaparición y el paisaje de la seda es hoy un recuerdo cuya memoria se diluye entre la bruma del olvido. De ahí que resulte necesario la recuperación de los testimonios de nuestro pasado sedero, que tanta influencia ha tenido en la conformación de la sociedad y la cultura valenciana. (Ricardo Franch Benavent  Departamento de Historia Moderna

Ester Alba Pagán Departamento de Historia del Arte Universitat de València)

Antonio J. Cavanilles (1797). Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura población y frutos del Reyno de Valencia:

“La aplicación y continuos esfuerzos de los naturales han convertido el suelo en un vergel ameno por la multitud de moreras, frutales y diversas producciones. Alinearon las moreras, dexando entre las filas áreas aniveladas para trigos, maíces, alfalfas, melones y otras plantas útiles.”

Se producía lana del ganado que pastaba en la vega del Palancia, lino y cáñamo de las orillas del rio, y seda de la tradición de la cria de gusanos de seda en toda la comarca.

-Fabrica de Filaturas de Sedas de Lyon, de 1861.

-Fabrica de Seda “Las Perolas”, desde 1922 hasta 1928.

-Fabrica de Belluga.

-Fabrica de “Los Pinos”.

-Fabrica Almela de algodón (1934-1990).

-Fabrica de mantas y lonas Salvador Íñigo.

-Fabrica Saenz Merino “La Lois”.

SASTRES Y MODISTAS

En 1247 el Rey Jaume I regula la actividad del Gremio que en ese momento estaba configurado por artesanos del sector textil como: sederos, tejedores, zapateros, sombrereros o sastres.

Con la llegada del siglo XV los oficios se vuelven estamentos sociales con gran poder en la sociedad valenciana siendo uno de los más destacables el Gremio de Sastres. Es entonces cuando, símbolo de esa riqueza de la que gozaban, el gremio adquiere su primera casa social situada en la Calle la Palmera (actual Calle Sagasta). Además se establecen jerarquías (maestros y aprendices) y se realizan exámenes para conseguir el rango de Maestro Sastre.

Durante parte del siglo XV y XVI el Gremio Artesano de Sastres y Modistas de Valencia es una de las instituciones sociales y religiosas más importantes de la ciudad. El comercio de la seda, la confección de trajes así como la entrada de modas europeas, gracias a las comunicaciones marítimas, de Francia, Holanda e Italia hacen que en Valencia se consuma moda. De esta manera el Gremio de Sastres se configura como un estamento social que goza de casa gremial propia, escuela y congregación religiosa; siendo San Vicente Mártir, patrón de la ciudad, el santo venerado por el Gremio y se configura la Hermandad de la Aguja.

De esta manera el Gremio Artesano de Sastres de Valencia se establece como una de las instituciones más importantes de la ciudad. En torno a él se configura un tejido empresarial propio donde tienen cabida todos los profesionales vinculados al ramo de la aguja. En su origen esta profesión estaba vinculada al hombre, no es hasta bien entrado el siglo XIX cuando la mujer empieza a tomar parte activa en este Gremio.

Con el paso del tiempo el Gremio de Sastres de Valencia comienza a elaborar sus propios estatutos internos, sus propios exámenes de corte y confección así como una semana cultural en torno al patrón San Vicente Mártir. Durante esta festividad el Gremio realizaba, y perdura hasta nuestros días, una comida de hermandad donde todos los miembros del gremio se daban cita para rendir culto a su patrón San Vicente Mártir y compartir un día de confraternidad con sus compañeros de profesión.

Existían varios talleres de sastres y modistas, por separado, donde los foráneos encargaban los trajes, en ocasiones muy especiales, y se fabricaban con tejidos hechos en las fábricas de la localidad.

En las casas particulares, casi todas las mujeres sabían coser, tejer, bordar,…

Cuando demandaban otros tejidos más lujosos los traían de importación.

BORDADORAS

El bordado es un arte que consiste en la ornamentación de una superficie flexible, generalmente una tela, por medio de hebrastextiles.

Los romanos llamaban a esta ornamentación plumarium opus, en virtud de la semejanza que tienen algunas de estas labores con la pluma del ave. También la denominaban opus phrygium ya porque la obtenían del comercio con los frigios quienes a su vez la traían de oriente o ya por suponerla de procedencia e invención frigia. Y como se consideraba en el bordado un procedimiento similar a la pintura llamaban a las vestiduras bordadas túnica picta o toga picta, o bien túnica palmata, aludiendo a los bordados en forma de palmetas con que las adornaban.

Los hilos que se emplean en el bordado pueden ser los mismos que sirven para el tejido, aunque no necesariamente, pues depende del tipo de bordado, pero sobre todo se utilizan los de algodón, seda, lana y lino, todos con variados colores y los de plata y oro con las formas diferentes que se adoptan en tejeduría. Con ellos, se ensartan a veces gemas, perlas, abalorios y lentejuelas metálicas, a lo que se conoce como bordado con pedrería.

Tarea femenina por antonomasia. Se hacía en casi todos las casas con más recursos económicos. Hay muchas piezas únicas de la indumentaria segorbina, pero cabe destacar la pañoleta bordada con hilos de oro y lentejuelas; el delantal, también bordado con pedrería y el refajo.

BOLILLERAS

El encaje de bolillos es una técnica de encaje textil, considerada como un oficio artesanal, que consiste en entretejer hilos que inicialmente están enrollados en bobinas, llamadas bolillos, para manejarlos mejor. A medida que progresa el trabajo, el tejido se sujeta mediante alfileres clavados en una almohadilla, que se llama «mundillo». El lugar de los alfileres normalmente viene determinado por un patrón de agujeritos en la almohadilla, también conocido como «picado».

El encaje de bolillos se desarrolló a partir de la pasamanería o la fabricación de trenzas en la Italia del siglo XVI.5 Génova era famosa por sus trenzas, por lo que no era sorprendente encontrar encajes de bolillos desarrollados en la ciudad. La técnica viajó junto con las tropas españolas por Europa.

Los pasajes toscos de hilos envueltos en oro y plata o sedas de colores se volvieron gradualmente más finos, y más tarde se utilizó hilo de lino blanqueado para hacer trenzas y ribetes.

Otra especialidad femenina donde se iban agenciando de todo el ajuar para las casamenteras.
Puntillas, pañuelos, tapetes, abanicos, y otras piezas de mucho valor que decoraban las casas pudientes de la zona.